lunes, 12 de noviembre de 2007

LA NOBLEZA DE LA LIJA


Durante un tiempo pasé contemplando la belleza de la lija. Un material que usamos con frecuencia para labores rudas pero que sin embargo es delicado y bello. Así mismo la convertí en un material noble de trabajo. La lija es exigente, paradójicamente, aunque araña y la usan para ello, no permite el maltrato. Cada manipulación sobre ella debe estar bien planificada porque no admite rectificación.
Recuerdo la cara de extrañeza del dependiente de la tienda cuando le hacía mostrarme todos los tonos de lijas que tenía en el almacén; cada pieza requería de un tono específico de gris, una textura concreta y –muy importante- ningún arañazo. Ellos se empeñaban en hacerme conocedora de la funcionalidad de cada tipo de lija –que si de agua, que si de hierro que si de madera…-, evidentemente mirábamos lo mismo con distintos ojos y con distinta intención. Era divertido y…también se sufría, sobre todo cuando ya había seleccionado mis pliegos de lija y el dependiente tocaba con sus rudos dedos y con descuido mi material, aquel que horas después colocaría frente a mí y con el que pasaría horas contemplando y pensando.
Difícil fue el proceso y difícil también sería introducir mis piezas, una vez acabadas, en el circuito artístico expositivo. ¿Quién iba a reparar en la contemplación de la lija? Lo bueno en estas apuestas es no esperar demasiado, tener tu propio convencimiento y disfrutar de esa especial obsesión.
Como en cualquiera de mis obras, los detalles los mido y reflexiono al dedillo…es como un juego de complicidad. Son detalles que no espero que el espectador descifre a la primera, eso no importa demasiado, lo más importante es que yo sé que tienen un porqué formal y conceptual que me ayuda a construir mi propio discurso en ambas direcciones. Finalmente, de este modo, la pieza es perfecta. Existe un orden claro y cargado de significado.
Hablar de la mujer en la historia, auténticas heroínas en mis cuadros, merecía las anécdotas que os he contado- no gratuitas- del papel de lija.
Si tenéis ocasión de pararos y contemplar un papel de lija en su profundo y cautivador gris neutro…lo entenderéis.

1 comentario:

camaradeniebla dijo...

me ha gustado mucho tu reflexión sobre la novia cadáver.