Sueños Inculcados
Almería, verano del 95.
Los negativos de toda esta serie se perdieron, como no debía ser de otro modo. Lo único que pude rescatar fueron los contactos –suficiente, a mi entender- ya que la obra, entendida como concepto, no requiere de más testimonio que el pensamiento y la mirada misma; como el recuerdo difuso que revela hasta donde es posible, el misterio allí contenido.
A Belén y a Rafa por soñar.
Almería, verano del 95.
Los negativos de toda esta serie se perdieron, como no debía ser de otro modo. Lo único que pude rescatar fueron los contactos –suficiente, a mi entender- ya que la obra, entendida como concepto, no requiere de más testimonio que el pensamiento y la mirada misma; como el recuerdo difuso que revela hasta donde es posible, el misterio allí contenido.
A Belén y a Rafa por soñar.
4 comentarios:
Niños rozados por el tul del recuerdo, que apenas tocan las flores de la inocencia. Desde imágenes de brumas, la niña nos mira, afirmándose como la novia que no será -aunque ella no lo sabe-, y el chico se abandona a la tenue caricia de la belleza incosnciente. Todo queda en el entresuelo de la memoria. El sueño inculcado, que proyectaba un futuro que hoy yace en los jirones del tiempo, paraíso donde viven las cosas que no serán. Pero también donde habita la misma inocencia que hoy conservamos despierta en un bote de formol, en el estante de la curiosidad. Huelen esas flores, Pepa, y esa mirada hiere y todavía pienso al mirar las fotos, que eres una maga doméstica, que con tu mirada desvelas -sin responder- la rosa intacta del misterio.
Tus palabras también a mi me huelen a sal.
Te quiero, azulchinasky
Dice mi madre que cuándo podremos verte, aún tenemos tu círculo!
Uy, cuántas ganas tengo de verlo!Esto de vivir fuera de Almería me desconecta un poquito de todo lo bueno que hacéis por allí.
Gracias, Luna, por servir de intermediaria;me pongo en contacto ¡ya! con Ana, tu madre (tengo ganas de veros)
Un abrazo fuerte
Publicar un comentario